satélite

A pesar de que desde Nicolás Copérnico (1473-1543) sabemos que la Luna
es satélite de la Tierra y que muchos otros planetas, como Júpiter o
Saturno, tienen los suyos, lo cierto es que esta palabra se hizo de uso
cotidiano sólo a partir de 1957, cuando la Unión Soviética puso en
órbita el primer satélite artificial, el Sputnik I. Pocos imaginaban por
entonces que aquella novedad —vista por entonces como una hazaña
tecnológica, pero sin mayores consecuencias prácticas— tendría una
importancia tan fundamental en las telecomunicaciones y en la vida
cotidiana del mundo de hoy.
El vocablo español proviene del latín
satelles, satellitis,
tomado del etrusco y usado por los romanos para designar a los soldados
de la escolta personal de un rey, príncipe o emperador. Según una
leyenda romana, el primer gobernante que tuvo guardaespaldas fue el
último rey de Roma, Tarquino el Soberbio (534-509 a. de C.).
Posteriormente, por una bella metáfora, la palabra pasó a designar, aún
en latín, los cuerpos celestes que orbitan en torno de algunos planetas.Tomado de "el castellano.org".
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