Tomado de ELMUNDO.es
Rosalía Sánchez | Berlín
A partir de 2013 los alemanes pagarán un canon universal destinado a mantener la radio y la televisión públicas y el Estado se plantea una retención directamente de la nómina.
Los ciudadanos alemanes venían hasta ahora pagando el canon de la radio y la televisión pública en facturas bimensuales, domiciliadas en cuenta o pagadas a través de transferencia o en ventanilla, cuyo montante depende del número de aparatos receptores en el hogar. Una factura tipo es de 63 euros cada dos meses.
Sucesivas sentencias judiciales han incluido en la obligación de pagar el canon, no solo quienes tienen un televisor o un aparato de radio, sino también un ordenador, un teléfono móvil conectado a internet o una tableta, en la medida en que estos terminales tecnológicos permiten igualmente el acceso a los medios públicos.
Finalmente, a partir del 1 de enero y para simplificar, todos los ciudadanos con excepción de quienes carecen de capacidad económica y están exentos, deberán abonar el popularmente conocido como GEZ, independientemente de si poseen uno u otro terminal.
Pero aunque la medida había sido pensada como un medio de eficiencia y ahorro público, llevarla a la práctica tendría carísimas consecuencias.
Para hacer frente a la nueva burocracia, la central del GEZ debería contratar a unos 400 nuevos empleados antes de 2015 y el economista del Estado Justus Haucap calcula que el Estado se ahorraría unos 163 millones de euros al año si, en lugar de cobrar el canon a través de este órgano administrativo, la cantidad fuese deducida directamente a cada contribuyente en el pago del IRPF.
Los ciudadanos alemanes venían hasta ahora pagando el canon de la radio y la televisión pública en facturas bimensuales, domiciliadas en cuenta o pagadas a través de transferencia o en ventanilla, cuyo montante depende del número de aparatos receptores en el hogar. Una factura tipo es de 63 euros cada dos meses.
Sucesivas sentencias judiciales han incluido en la obligación de pagar el canon, no solo quienes tienen un televisor o un aparato de radio, sino también un ordenador, un teléfono móvil conectado a internet o una tableta, en la medida en que estos terminales tecnológicos permiten igualmente el acceso a los medios públicos.
Finalmente, a partir del 1 de enero y para simplificar, todos los ciudadanos con excepción de quienes carecen de capacidad económica y están exentos, deberán abonar el popularmente conocido como GEZ, independientemente de si poseen uno u otro terminal.
Pero aunque la medida había sido pensada como un medio de eficiencia y ahorro público, llevarla a la práctica tendría carísimas consecuencias.
Para hacer frente a la nueva burocracia, la central del GEZ debería contratar a unos 400 nuevos empleados antes de 2015 y el economista del Estado Justus Haucap calcula que el Estado se ahorraría unos 163 millones de euros al año si, en lugar de cobrar el canon a través de este órgano administrativo, la cantidad fuese deducida directamente a cada contribuyente en el pago del IRPF.
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